Gana luz y alarga los últimos días de buen tiempo

Ya se ven más nubes en el cielo, pero, no por eso, tenemos que renunciar a seguir disfrutando de los rayos del sol en nuestra casa. Nos podemos abrigar un poco más para aprovechar al máximo los últimos días en el exterior y prolongar las horas de luz en el interior. Con estas ideas, tendrás verano en casa durante todo el año.

Los básicos

• Aprovecha al máximo la luz natural; la orientación de la casa siempre será clave.
• Opta por materiales y tejidos traslúcidos y transparentes.
• Despeja todo lo posible las ventanas y los ventanales.
• Elige los colores claros, pasteles y blanco, también en el suelo.
• La decoración, cuanto más minimalista, mejor.
• Aleja los puntos de fuga con un espejo y refleja la luz con objetos de vidrio.

Abre tu casa al sol

1. Ventanas y ventanales. Si quieres darle un verdadero cambio a tu casa, no te olvides de las ventanas. Si puedes hacer huecos más grandes, cambiar puertas por ventanales o, incluso, abrir tu buhardilla con ventanas de cubierta, no lo dudes. Es una inversión un poco costosa, pero la luminosidad cambiará radicalmente el aspecto del interior.

2. Las claraboyas, lucernarios y tragaluces. En la misma línea, estos elementos te permitirán añadir luz a través del techo de las estancias. Es una opción estupenda para que los días sean larguísimos. Los dos primeros tienen un coste bajo comparado con las ventajas que ofrece; más caros son los tragaluces. Sitúalos en la entrada de tu casa, sobre la escalera (que suelen ser muy oscuras) o de un pasillo.

Lámparas y velas que aportan toda la magia

Cuando no quede más remedio que encender la luz artificial, porque el sol ya se ha escondido, no dudes en prolongar el día con lámparas y velas bonitas y bien colocadas. Ocúpate de que tengan algún detalle que les dé encanto y originalidad. Usa luces que te ayuden a recordar el atardecer (luz cálida) o el amanecer (luz fría) y te permitan mantenerte en la terraza desde primera hora de la mañana hasta última hora de la tarde. Velas grandes, pero también pequeñas para aportar puntos de luz mágicos. Por supuesto, las guirnaldas, las luces LED y los farolillos alimentados con luz solar también alargarán los días. Mira estos de la tienda Casa.

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Mucha luz con espejos y objetos de vidrio

Reflejan la claridad y el espacio exterior, pero además alejan los puntos de fuga, por lo que tu casa parecerá más grande. Coloca un espejo de gran formato frente al ventanal más grande y multiplicarás la luz del sol, por ejemplo. Para que el sol llegue hasta el último rincón, el truco es despejar al máximo el espacio y, sobre todo, eliminar las barreras que se puedan mover frente a las entradas de luz natural. Para ello, acerca los muebles o piezas más voluminosos a los muros y deja libres las ventanas. Otra idea, es eliminar la puerta entre el salón y el pasillo, o sustituirla por una de vidrio para que la luz viaje de una estancia a otra, sin “chocar”
con ningún obstáculo. Elige un cristal transparente si quieres aprovechar al máximo la luz y mantener el contacto visual entre los dos ambientes que estés separando. Pero si prefieres menor intensidad de luz y más intimidad, elige uno traslúcido que matizará los rayos del sol.

Superficies lisas

Cuando la luz entra en contacto con superficies pulidas se refleja más, tanto si se trata de paredes como del suelo, multiplicando la luminosidad de toda la estancia. En este caso, por ejemplo, una alfombra blanca o en tonos claros es la opción más fácil y acogedora para crear una superficie clara y lisa, sin hacer obras. Si tienes que hacer una reforma, contempla la posibilidad de cambiar el pavimento a uno más claro (el tono olivo está muy de moda). Si la luz puede reflejarse suavemente, esta dará amplitud y, aunque los días se vayan haciendo más cortos, estarás aprovechando al máximo la luz natural e incluso la artificial.

Lleva tus muebles de exterior al interior

Normalmente, cuando acaban las vacaciones, guardamos todo el mobiliario de exterior en un trastero hasta la próxima temporada. Los sillones de mimbre, los pufs trenzados, los sofás de cojines esponjosos… Todo comodidad y relax. Una vez que acaban las vacaciones, ¿qué tal si dejas alguno para usar en el interior
de tu casa, cuando los días sean más frescos? Desde una cama balinesa a una mecedora, columpio o hamaca a unas sillas o mesas, que podrán recordarte las tardes en la terraza, pero en la máxima comodidad de tu casa y sin exponerlos al frío, las lluvias otoñales y el viento. Mira este sillón colgante de exterior que ves en la foto, de La Redoute Interieurs, qué bien queda en el interior. Otra idea es la de Ikea, que sugiere llevar al salón o al cuarto su mecedora Grönadal, para mecerte suavemente, mientras lees o echas una cabezadita. Hecha de forma artesanal con madera de fresno y mimbre, ¡sentirás que ha vuelto el verano!

Telas ligeras y traslúcidas

Para filtrar un exceso de sol, pero mantener la luz, la clave es vestir las ventanas con tejidos ligeros y traslúcidos. Puedes recurrir a las cortinas convencionales para enmarcar y abrigar las ventanas, pero también a los estores de gasa o muselina. O atreverte a jugar con la luz combinando tejidos de seda con persianas venecianas de madera de lamas orientables, que permiten regular la entrada de luz según las necesidades.

Las hay cada vez más sofisticadas. Sofás y sillones también pueden aportar más luz a las estancias. Opta por cojines de tonos claros pero en armonía con las tapicerías o retapiza una butaca con una tela a rayas, ya que crea la ilusión de luz y sombra, aunque cuentes con poco sol. En el dormitorio, apuesta por ropa de cama ligera y tejidos naturales, como el lino y el algodón. Para ‘abrigar’ el ambiente, apuesta por la lana, el terciopelo o el forro, pero siempre en tonos claros.