Tanto si tienes la lavadora en un rincón o usas una zona del baño como rincón de lavado, o incluso si tienes un cuarto especí co para el lavado y la plancha, este cambio de look, te va a gustar. ¿Cómo se ha hecho? Pues, Irene Gil, de El taller de Ire, te lo cuenta, en colaboración con Mi Hogar Mejor. En la imagen verás que Ire ha renovado un rincón de lavado que tenía las paredes de azulejos, un poco anticuados. Para modernizarlas, pintó una de las paredes que hacen esquina de un solo color, lisa, y la otra, creó un efecto ladrillo. Te lo contamos paso a paso.
1. Limpia la pared con un desengrasante y frota bien con una esponja.
2. Tapa con cinta de carrocero las partes que no quieras pintar.
3. Aplica un enlucido fibrado, especial para reparar o alisar todo tipo de soportes, independientemente de su grado de absorción. Con unas espátulas, pásalo por todas las juntas de los azulejos. Cuando ya estén todas las juntas cubiertas, con una espátula grande y una más pequeña, da la primera capa para cubrir los azulejos, de arriba hacia abajo.
4. Una vez seco, lija todo y limpia, y, aplica una segunda capa, para eliminar las imperfecciones que hayan quedado.
5. Antes de hacer la imitación a ladrillo en una de las paredes, aplica una imprimación por toda ella con un rodillo, como si fuese pintura, para asegurarnos de que el cemento con el que haremos los ladrillos falsos, se adhiere bien a la pared y consigues el efecto deseado.
6. Haz una plantilla para los ladrillos, poniendo tiras de cinta de carrocero en horizontal, de un lado a otro, y otras tiras más cortitas en vertical, imitando los ladrillos.
7. Mezcla el cemento blanco con agua hasta que quede una pasta y aplícalo en cada rectángulo. No importa que no quede liso, pero sí con volumen, y repite en todos los huecos entre las cintas de carrocero.
8. Antes de que seque, retira la cinta de carrocero y ya podrás ver las marcas de los ladrillos. Ahora sí, deja secar el cemento.
9. Una vez seco todo y con el ladrillo falso en relieve, puedes pintar toda la pared de blanco. O pintar de color tostado o rojizo, luego pintar blanco y lijar para que se vea con efecto desgastado. La última opción es pintar todo blanco y sobre ello pasar la brocha, previamente descargada de pintura tostada o rojiza, sobre los ladrillos, como ha hecho finalmente Ire, y puedes ver en las imágenes de tu derecha.
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