Sillas, mesas, accesorios o verjas, fuentes y portones de metal suelen dar mucha prestancia a nuestra terraza o jardín, pero si no los cuidamos bien afean cualquier espacio. No dejes que eso suceda. Para ayudarte, te dejamos aquí tres ideas geniales para que los metales brillen con luz propia.
Antes de ponerte manos a la obra
A la hora de disponerte a trabajar en cualquier proyecto de bricolaje, es importante limpiar todo. Primero, debemos librarnos de todo el polvo y suciedad, como grasa y otros residuos que puedan afectar a la adherencia de los productos que vayamos a utilizar. Pasaremos una lija por toda la super cie, usaremos un cepillo metálico y limpiaremos con un paño.
Decapar el hierro y dejarlo como nuevo
El hierro es el metal de toda la vida, es más robusto y sólido, pero se oxida con mayor facilidad. Por eso, necesita más cuidados. Los que venden hoy día ya llevan un acabado antioxidante y anticorrosivo. Si tienes una pieza antigua, no la deseches, porque puedes renovarla. Retira las capas de pintura y óxido con un decapante químico, ayudando con una rasqueta o espátula para quitar los restos. Posteriormente, limpia bien con un paño. También puedes realizar un decapado mecánico, esto es, con accesorios que se acoplan al taladro como un cepillo de alambre, lija o una lijadora.
¿Sabes cuándo una pieza de aluminio es buena?
El aluminio y el hierro son metales muy habituales en los muebles de exterior. Vienen tratados, pero siempre hay que cuidarlos para evitar que se estropeen. Ahora es tiempo de darles un repaso y dejarlos como nuevos. El aluminio se mantiene inalterable y requiere poca atención. Nunca se oxida y es bastante ligero, por lo que es ideal para mover de un sitio a otro. Los muebles de aluminio que están huecos, se usan especialmente para cerca de las piscinas. Para reconocer una pieza de aluminio de calidad, fíjate en que las juntas estén soldadas (mejor que atornilladas). Si tu pieza lleva tiras o tejido de vinilo, es aconsejable que lleve inhibidores de moho y estabilizadores ultravioletas, para que no se ennegrezcan ni se destiñan. Para protegerlos, límpialos dos veces al mes con un lavavajillas suave y agua templada, aclarando perfectamente.
Paso a paso para pintar un portón metálico
1. Limpia bien el portón con un paño húmedo y prepáralo para empezar a pintar.
2. Valora si es necesario decapar la pintura antigua (si el portón o verja son negros, por ejemplo, y vas a pintar del mismo color, no es necesario; sí lo es si cambias de color de pintura o si el metal está en muy mal estado).
3. En la mayoría de los metales, habrá que aplicar una imprimación. Sin embargo, algunos esmaltes no lo necesitan. A nosotros, nos gusta Oxirite 10, de Xylazel, porque deja un acabado uniforme y sin goterones. Recuerda insistir un poquito más en la parte inferior del portón, porque es una zona más expuesta al agua y al roce. Espera una hora para que se seque y aplica a toda la pieza una segunda capa. Debemos dar la segunda capa con la misma atención y cantidad que la primera, a pesar de que nos parezca que solo está aportando color.
4. Es importante, tras acabar el trabajo, limpiar bien los útiles con un buen disolvente para volver a usarlos en una próxima oportunidad.
