Combinado con sistemas de energía renovable, como bombas de calor o paneles solares, se convierte en una opción sostenible y cómoda. Este sistema opera a bajas temperaturas. Es una opción eficiente y cómoda. Sin embargo, antes de instalarlo es importante evaluar varias condiciones de la vivienda, el clima y el tipo de construcción.
Manuel Orellana, coordinador Field Service, experto en climatización de Uponor, explica que los sistemas de climatización invisible por suelo radiante son la alternativa actual a las soluciones tradicionales de radiadores y aparatos de aire acondicionado. Este proporciona un mayor ahorro energético y confort.

¿En qué consiste?
El principio básico de funcionamiento consiste en la impulsión de agua caliente a través de un circuito de tuberías instalado bajo el suelo. Hay que tener en cuenta que por cada grado que incrementamos en el termostato, podemos llegar a aumentar hasta en un 10 % la factura de energía.
Por ello, optimizar el sistema es fundamental. De esta manera evitaremos un exceso de consumo que un sistema mal regulado puede ocasionar, con la correspondiente incomodidad en las estancias. En invierno, la temperatura ideal en los hogares podría situarse entre 20 y 22 °C. En verano, los 24 °C.
Ventajas de experto
- Permite conseguir la misma temperatura en toda la estancia, no solo en el punto de emisión como ocurre con los radiadores.
- El calor se transmite por medio de radiación evitando los movimientos de aire, siendo así un sistema mucho más saludable.
- Dependiendo de la fuente de energía que lo impulse se puede conseguir un ahorro energético superior al 20 %, llegando incluso al 90 % si se combina con aerotermia.
- El mismo sistema de tuberías integradas en el suelo puede ofrecer calefacción en invierno y refrigeración en verano.
El suelo radiante es un sistema de calefacción que se instala debajo del suelo para distribuir el calor de manera eficiente. Tiene muchas ventajas, pero también algunos inconvenientes dependiendo de las circunstancias. A continuación te explico en qué casos se puede usar, en qué no conviene y sus desventajas.

Cuando el suelo radiante es una buena opción
- Espacios grandes o abiertos: Es ideal en estancias amplias o de concepto abierto, como salones grandes, oficinas o almacenes, donde la distribución uniforme de la temperatura es clave.
- Casas o edificios nuevos: Es más fácil instalar un sistema de suelo radiante en una construcción nueva o en una renovación completa, ya que se necesita una estructura adecuada para esconder las tuberías o cables.
- Instalaciones con energías renovables: Combina bien con sistemas de energía renovable como las bombas de calor o energía solar térmica, puesto que funciona a temperaturas relativamente bajas, lo que maximiza la eficiencia de estos sistemas.
- Locales comerciales o industriales: Es adecuado para comercios o instalaciones donde se necesita calefacción constante y distribuida de manera homogénea, como tiendas, fábricas o almacenes.
- Zonas de suelos fríos: En lugares con temperaturas frías durante todo el año, el suelo radiante puede ser una excelente opción para mantener una temperatura confortable sin gastar demasiado en calefacción.
Casos en los que no conviene usarlo
- Reformas en viviendas existentes: Si ya tienes una vivienda construida y el suelo no es fácil de modificar, la instalación de un sistema de suelo radiante puede ser costosa y complicada. En este caso, es mejor evaluar otras opciones de calefacción.
- Zonas de alta humedad: En áreas como sótanos o zonas muy húmedas, la instalación de un suelo radiante podría no ser la más adecuada, ya que puede haber problemas de condensación o de moho si no se lleva a cabo una correcta impermeabilización.
- Climas muy cálidos: Si vives en un lugar donde las temperaturas son mayormente cálidas durante el año, no tiene mucho sentido instalar un sistema de calefacción por suelo radiante, porque no se usaría de manera eficiente.
- Suelos muy finos: Si el grosor del suelo no es adecuado para albergar las tuberías o cables necesarios para el sistema, puede que la instalación no sea viable sin hacer modificaciones adicionales importantes.
- Necesidad de calefacción rápida: Si necesitas calefacción rápida y eficiente en un corto período de tiempo, como en un baño o en una habitación pequeña que se use ocasionalmente, el suelo radiante puede no ser la mejor opción, ya que es más lento para calentar el ambiente en comparación con otros sistemas, como los radiadores eléctricos.
Desventajas del suelo radiante
- Costo inicial elevado: La instalación de un sistema de suelo radiante es cara, especialmente si se tiene que realizar en una reforma. Los materiales y la mano de obra pueden incrementar bastante el precio comparado con otros sistemas de calefacción.
- Instalación compleja: La instalación requiere de profesionales cualificados, ya que se deben instalar correctamente las tuberías o cables, además de asegurarse de que el sistema esté equilibrado para evitar problemas con la distribución del calor.
- Tiempo de respuesta lento: Aunque el suelo radiante es eficiente a largo plazo, no es tan rápido como los radiadores para calentar una habitación. Puede tardar más en generar calor, por lo que no es ideal en situaciones donde se necesite calor inmediato.
- Dificultades para reparaciones: Si surge algún problema con el sistema de calefacción, las reparaciones pueden ser más complicadas y costosas, ya que puede ser necesario levantar el suelo o intervenir en zonas difíciles de acceder.
- Compatibilidad con algunos suelos: No todos los tipos de suelos son adecuados para un sistema de suelo radiante. Por ejemplo, los suelos de madera maciza pueden no funcionar bien porque pueden deformarse debido al calor. Se recomienda usar materiales como cerámica, piedra o ciertos tipos de laminados que permiten una mejor transmisión del calor.

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