Toldos y más toldos. Pérgolas, sombrillas… Hay que proveer tus zonas exteriores de sombras y refrescarlos para poder disfrutarlos durante todo el día, porque todavía queda verano. Aprovecha todos los espacios de la casa, incluso los exteriores, para que sean esos rincones agradables que siempre soñaste y que ahora, con un poco de maña y poco dinero, podrás crear.
Los toldos se clasifican dependiendo de diversas variables. Pero, por lo general, tenemos en cuenta su estructura y su cierre, su cuerpo y el tipo de sombra que requerimos. Antes de decidirnos por una, hemos de definir las necesidades de cada tipo de toldo. Los toldos, según su estructura, se clasifican en:
1. SIN COFRE
El sistema enrolla la tela dejándola al aire libre, sin más. No tienen mucha protección.
2. CON SEMICOFRE
El sistema dispone de una caja que protege tanto la estructura como la tela, pero dejando fuera el faldón final y los brazos.
3. CON COFRE
El sistema engulle totalmente los brazos y la tela, formando una caja hermética que protege absolutamente todo el toldo. Los brazos y la lona quedan guardados en un cajón de aluminio cuando no se utiliza y lo preserva del polvo, la contaminación, el sol, la lluvia.
4. MONOBLOC
Es un sistema especial destinado principalmente a toldos de grandes dimensiones. La particularidad radica en que tiene más refuerzos, es decir, los puntos de anclaje no son únicamente
en sus extremos, sino que pueden tener hasta ocho más. El monobloc garantiza la seguridad de la sujeción ante problemas de estabilidad en las paredes o imposibilidad de anclaje en algunas zonas y, por supuesto, es de ayuda cuando hay viento o tormentas.
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