Si estás pintando y tienes que parar durante un ratito, evitarás que
las brochas se sequen si las envuelves en un plástico (del que utilizas habitualmente en la cocina) y las aprietas bien para que no quede nada de aire en su interior. Quedarán perfectas para volver a pintar después. Si la pausa es más larga, de horas o días, las brochas, los pinceles, las almohadillas y los rodillos deben limpiarse inmediatamente después de ser utilizados para que duren el mayor tiempo posible sin estropearse.
Para limpiar pintura plástica
1. Limpia la brocha encima de varias hojas de papel de periódico, aplanando suavemente las cerdas y rascando la pintura con el canto de un cuchillo plano.
2. Separa las cerdas bajo un chorro de agua tibia, asegurándote de que no queden restos de pintura en el lomo de la brocha. Finalmente, añade detergente y aclara a fondo.
Para limpiar esmalte
Para limpiar esmalte1. Limpia los utensilios y ráscalos con el canto de un cuchillo, al igual que en el caso anterior. Después, introdúcelos en un tarro con aguarrás y remueve de forma rápida.
2. Elimina el disolvente de la brocha, lavándola con detergente y agua. Aclara a fondo y sacude cuidadosamente para que se seque, procurando no deformar la brocha.