¿Una pared aburrida? ¿Una escalera desangelada? ¿Un rincón sin gracia?
Pon fin una solución sencilla a estos espacios: vístelos con cuadros.
Puedes jugar alternando uno o varios, en estilos clásico o moderno, rústico y urbano o sofisticado… Lo que más te guste.
Planifica antes de empezar
Antes de hacer agujeros en la pared y ponerte a colgar cuadros a mansalva, ten un plan: decide si será un cuadro o una composición; en caso de ser uno, ¿quieres que esté centrado? Si lo que deseas es alternar varios, será útil hacerte un boceto previo para organizar su disposición.
Como en una galería de arte
Decorar con cuadros en el suelo se está convirtiendo en un hábito en muchas casas. Un cuadro por aquí y el otro por allá le da un toque desenfadado, moderno, relajado e informal a tu estancia principal. Es una de las prácticas que han nacido en las galerías de arte, que encaja perfectamente con los techos bajos, pero también con espacios amplios, ya que lo normal es colocar cuadros de un tamaño considerable que queda muy bien en el suelo (tiene que ser lo suficientemente grande). El cuadro en el suelo aportará el contrapunto perfecto a ese espacio abierto y casará de maravilla con un estilo minimalista.
Una idea casual muy cuidada
Ya no tenemos que elegir un cuadro protagonista para colocar en
medio de cada pared. Ahora pueden ser tantos como quieras. Si son fotos, también vale. Una opción es llenar una pared con varios cuadros pequeños, organizados como quieras, de manera simétrica o no, con marcos del mismo color o de varios, que evoquen el mismo estilo artístico o una mezcla de tendencias, clásicos o modernos… El marco que ves en la imagen de tu derecha lo tiene todo en uno: varios marcos en madera de mango esculpido y blanqueado. El aire étnico de esta serie Vanira, de Maisons du Monde, está inspirado en ornamentos orientales.